Resilientes o nada

Vivimos tiempos llenos de adversidad, y la mejor forma de enfrentarla es a través de la resiliencia. La resiliencia se define como la capacidad de enfrentar la adversidad. Sin embargo, para mí, la mejor forma de definir esta capacidad es observando a nuestro Puerto Rico.

Al hacerlo, puedo ver cómo a pesar de que enfrentamos una crisis económica y fiscal, luchamos día tras día por alcanzar una buena vida. Veo cómo nos levantamos tras un huracán devastador en septiembre de 2017. Veo cómo en el Verano del 2019 nos unimos y marchamos en contra de la corrupción hasta lograr algo que nunca había ocurrido: la renuncia de un gobernador. También veo cómo nos desbordamos ayudando a nuestros hermanos y hermanas que quedaron desamparados y sin hogar tras los temblores de tierra el pasado mes de enero. Y ahora demostramos resiliencia al cuidarnos unos a otros al enfrentar esta pandemia del COVID-19.

Esto es lo que veo cuando miro a mi país: un pueblo vivo y despierto. Un pueblo que siempre dice: “Vamos pa’ lante”. Esto se llama resiliencia.

Sé que la gente de Puerto Rico es capaz de enfrentar lo que venga. Pero, luego de tanta adversidad, pueden llegar momentos en los que pensamos: “Ya no puedo más”. Y este pensamiento es el más peligroso de todos porque no es cierto. Si lo permitimos, tiene el poder de destruir nuestro espíritu luchador y llevarnos a la nada.

No podemos permitir que esto ocurra. No podemos darle poder a la adversidad.

Te invito a ver la adversidad como una oportunidad para ser más fuerte. Si enfrentas adversidad hoy, serás más fuerte mañana. Si utilizas la fuerza adquirida con las luchas del ayer para vivir hoy y para enfrentar los retos que traerá el mañana, nada ni nadie te podrá detener. Solo te moverás en una dirección: pa’ lante.

Continuemos siendo resilientes. Resilientes o nada.