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La verdadera herencia: el don de servicio

El modelo de una excelente madre la convirtió en ejemplo de otros.

“No existe mejor maestro para un padre que sus hijos,” afirma un dicho popular; sin embargo, aquello que los adultos aprenden de su descendencia no es más que un reflejo de lo que alguna vez fueron.

Luego de que su hijo le expresara la pena que le provocaba que desechara un árbol de navidad tomó conciencia de que debía hacer algo con todo lo que consideraba inutilizable. En ese instante, Marian Morales O’neill recordó a su madre quien, en vida, se caracterizó por su don de servicio, y decidió emularla. Por lo mismo, en 2014, se contactó con sus amistades para que la apoyaran en la recolección de donaciones con el fin de realizar un bazar en el estacionamiento de su floristería. El dinero recaudado se utilizó en la compra de alimentos y artículos de primera necesidad para quienes necesitaban la ayuda en su comunidad.

Luego de una acción del presente y un recuerdo, nació El Bazaar de Mami Hilda que auxilia a personas sin hogar y que desean apoyo espiritual. La organización comenzó con un pequeño espacio que la autora de este proyecto le dio en su antiguo negocio.

Dos años más tarde, luego de realizar múltiples ventas, tocar muchas puertas y hasta pedir dinero en las intersecciones del país, la fundadora de la organización abrió un local, en Río Piedras, al que las personas acuden en busca de artículos con precios accesibles. Con el dinero que recaudan, compran alimentos y los reparten entre las personas sin hogar, visitan hogares para llevarles comida, música y alegría, regalan juguetes durante la Navidad y sirven de recurso para agencias gubernamentales como la Oficina del Procurador para las Personas con Impedimentos (OPPI).

“No queremos ser una carga para el gobierno”, estableció la ideóloga de esta iniciativa al reafirmar el lema de su fundación: “todos estamos llamados a servir”. Sus acciones luego del paso del huracán María, el pasado año, ejemplifican lo antes mencionado. Durante la reconstrucción de la Isla, los voluntarios de El Bazaar de Mami Hilda, que lleva este nombre en honor a la madre que inspiró su creación, se unieron a estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y a la Primera Iglesia Bautista, del mismo pueblo, para no cesar con sus servicios. Por otro lado, Morales O’neill asegura que, durante este período, el local tuvo mucho apoyo, a diferencia de lo que se observaba en otros negocios nacionales.

La organización, desea expandir sus horizontes; por ello, están trabajando para fundar un hogar en el que las personas no solo hallen un respaldo físico, sino que también uno emocional y espiritual. A la creadora de este proyecto, le preocupa los pocos hogares que reciben mujeres y pacientes con trastornos mentales y afirma que, en honor a su madre, va a realizar “todo lo posible para ayudar a quien lo necesite”.

La fundación se encuentra abierta, en la Calle Brumbaugh #1064, Río Piedras, de martes a sábado, para recibir cooperación de quien quiera tender una mano. Asimismo, reciben alimentos no perecederos, ropa y donaciones monetarias.

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